En el corazón de la práctica espiritual del Budismo se encuentra una enseñanza tan simple como profundamente transformadora; se trata de una técnica de autorregulación mental/emocional basada en una metáfora de la vida cotidiana:
«Buda sugirió una práctica denominada "reemplazar las clavijas". Cuando una clavija de madera no es del tamaño indicado, o se pudre o se rompe, un carpintero la reemplazará poniendo otra exactamente en el mismo lugar, poniendo la nueva en el lugar la vieja. Del mismo modo, si adviertes que en tu conciencia surge una formación mental que consideras poco saludable, nociva, la práctica consiste en invitar a otra formación mental —una saludable— que surja para reemplazarla». (Thich Nhat Hanh, 2015, p. 189)
Esta práctica nos invita a gestionar activamente nuestras formaciones mentales poco saludables, reemplazándolas por otras más saludables, útiles o beneficiosas, en vez de simplemente quejarnos de cuánto nuestra mente nos hace sufrir.
(Nota: la expresión formaciones mentales, en el contexto de la psicología budista, significa pensamientos, recuerdos, imaginaciones y emociones asociadas a tales productos de la mente).
Thich Nhat Hanh, el reconocido maestro Zen contemporáneo, en su bellísima obra, The Heart of the Buddha's Teaching (El corazón de las enseñanzas de Buda), contextualiza y explica este pasaje del siguiente modo:
«Imagina un círculo dividido en dos. En la parte inferior se halla el "almacén de la conciencia"; y en la superior, la conciencia. Todas las formaciones mentales, saludables y novicas, yacen en el fondo del almacén de la conciencia. Cada semilla del almacén de la conciencia cuando es "regada", se manifiesta en el nivel superior, es decir, en la conciencia. La práctica (el Mindfulness) llevada a la vida cotidiana significa procurar no regar las semillas nocivas del almacén de la conciencia, para no darles la oportunidad de que se manifiesten en la conciencia. Las semillas de la ira, la discriminación, la desesperanza, los celos y el deseo malsano están ahí, en el almacén de la conciencia. Hacemos todo lo posible por evitar que se manifiesten en el nivel superior. Por eso decimos a las personas con las que vivimos: "Si realmente me amas, por favor, no riegues esas semillas en mí; no es bueno para mi salud ni la tuya".
»Tenemos que reconocer los tipos de semillas que no deben ser regadas. Si sucede que una semilla nociva, una semilla que produce sufrimiento, es regada y se manifiesta, hacemos todo lo que está a nuestro alcance para abrazarla con nuestra atención plena (Mindfulness) y ayudarla a regresar de donde vino. Cuanto más tiempo permanezcan esas semillas en nuestra conciencia, más fuertes se volverán. (...)
»Si notas una formación mental emergente que es poco saludable, una forma concreta de practicar (Mindfulness) es invitar a otra formación mental a reemplazarla. Muchas otras semillas en el almacén de la conciencia son saludables y hermosas. Solo inhala y exhala e invita a una de ellas a subir al nivel superior de la conciencia, y la otra semilla, la nociva, descenderá al nivel inferior. A esto se refería Buda con "reemplazar la clavija"». (Thich Nhat Hanh, 2015, pp. 188-189)
Nótese que el abordaje terapéutico basado en la práctica de la meditación o Mindfulness no significa suprimir, reprimir o negar nuestros contenidos mentales negativos —pensamientos y emociones— sino de transformar nuestra mente incorporando mayor conciencia, autorregulación y flexibilidad (Hayes, 2019). Esto es, transformar nuestro paisaje mental por medio de la práctica formal e informal de la atención plena en nuestro día a día (Kabat-Zinn, 2006), regando y nutriendo con la energía de nuestra atención las semillas positivas y saludables que yacen dormidas en nuestro interior, en el fondo de nuestra mente, en el almacén de la conciencia.
Bodichita, nuestro ser auténtico
No se trata de hacer un esfuerzo titánico para convertirnos en alguien diferente a quienes somos. Se trata más bien de reconocer el potencial que yace en nuestro interior y activar las semillas saludables que, al manifestarse gradualmente, van expresando la mejor versión de nosotros mismos.
En la psicología budista, que no es otra cosa que el proceso del despertar de la conciencia (recordemos que la palabra Buda en sánscrito significa plenamente despierto), el término bodichita refiere a un concepto clave para entender adecuadamente el proceso de transformación psico-espiritual de todo ser humano, independientemente de que sus creencias sean teistas, ateas o agnósticas. Bodichita es un término traducido frecuentemente como naturaleza búdica, esto es, la esencia de quien ha despertado. Se refiere a la idea de que todo ser humano, por naturaleza, posee el potencial de alcanzar el despertar espiritual, la iluminación, esto es, el estado de plenitud marcado por la sabiduría, el amor universal y la libertad interior.
Bodichita no es sólo el vago deseo de alcanzar algún día ese despertar, sino nuestra naturaleza auténtica y más profunda, con la cual podemos conectar siempre en el momento presente. Bodichita expresa lo que realmente somos, nuestra esencia o ser trascendente, más allá de la ignorancia y las visiones sesgadas, los apegos malsanos, el deseo, la aversión, el odio y los malos hábitos que forman nuestro ego. Si hacemos a un lado la maleza del ego, podremos ver allí, en el fondo de nuestro ser, nuestra esencia latente, bodichita, la mejor versión de nosotros mismos que espera a manifestarse plenamente en el momento presente.
Bodichita, lo que realmente somos, es lo diametralmente opuesto a nuestro falso self, el ego, con el cual erróneamente nos hemos identificado. La práctica de la meditación basada en la atención plena o Mindfulness no es otra cosa que un retorno a nuestra esencia, un reencuentro con la naturaleza más profunda de quienes somos, ese ser sabio, amoroso y libre que yace en las profundidades de nuestro interior, al que quizás no vemos porque está simplemente tapado por varias capas de ego.
Invitando a que se manifiesten nuestras semillas saludables
Volviendo a la metáfora de las semillas, podemos decir que nuestra mente es como un jardín lleno de plantas que son manifestaciones de semillas tanto saludables como nocivas. Todos los días, estas semillas se manifiestan en nuestra mente a modo de pensamientos, emociones, deseos, recuerdos, imaginaciones, impulsos y acciones.
Cuando estamos "despiertos", conscientes de nosotros mismos en el momento presente, podemos elegir cuáles semillas regar y nutrir y cuáles no. Esta práctica no es otra que la autorregulación mental/emocional basada en el Mindfulness; y comienza con llevar la atención a la respiración. Al inhalar y exhalar conscientemente salimos del automatismo de vivir en piloto automático, y creamos un espacio de lucidez, de atención plena, un espacio donde nuestra conciencia está despierta, y donde podemos observar nuestras formaciones mentales sin ser abrumados o dominados por ellas.
Ejercicio:
Te invito, querido lector, a reflexionar un momento en la última vez que te sentiste abrumado por una emoción negativa —tal vez fue la frustración en un momento tenso o la ansiedad ante un futuro incierto, o cualquier otra emoción incómoda—. Imagina que puedes volver a ese momento, pero esta vez permítete hacer una pausa para tomar una respiración profunda y consciente. Al hacerlo, habrás creado un espacio entre el estímulo del momento (aquello que te molesta) y tu reacción frente a ello. Ahora, respira un par de veces más, inhala hondo y exhala largo y lento, e invita a una emoción más positiva y saludable a surgir y manifestarse en tu presente.
Pasos para reemplazar clavijas y potenciar el bienestar
A continuación te ofrezco algunos tips para llevar a la práctica la invitación de Buda y reemplazar las formaciones mentales nocivas por otras más saludables:
Respiración consciente: comienza con una respiración consciente para centrarte en el presente; inhala profundamente y exhala lentamente, creando así un espacio de calma en tu mente y relajación en tu cuerpo.
Reconocer y nombrar la emoción nociva del momento: identifica la formación mental (emoción o pensamiento) poco saludable que surge en tu mente; nómbrala sin juzgar (sin llamarla buena o mala); solo llámala por su nombre, como «Esto es ira», «Esto es ansiedad», «Estos son celos», «Esto es una anticipación catastrófica», «Esto es una exigencia inflexible», «Esto es rencor», «Esto es melancolía», «Esto es...» (lo que sea que te genere malestar).
Reemplazar una clavija por otra: piensa en una formación mental saludable con la que te gustaría reemplazar la nociva que identificaste anteriormente. Esto podría ser un sentimiento de compasión, perdón, alegría, agradecimiento, etc. Trae a tu mente un recuerdo o un pensamiento que encarne esa formación mental positiva y permítele manifestarse en tu conciencia aquí y ahora. Siente cómo, poco a poco, esa formación mental saludable va reemplazando a la otra nociva, como un carpintero va reemplazando una clavija en mal estado por otra nueva y más fuerte.
Potenciar el bienestar (cultivar el jardín): imagina que además de tus clavijas nuevas tienes una bolsa con semillas que ahora plantas en tu jardín; las riegas y, poco a poco, van creciendo y floreciendo, hasta llenar completamente tu jardín (tu cuerpo y mente). Para acompañar este proceso, puedes nombrar repetidamente la formación mental que invitas a manifestarse, mientras respiras serenamente, por ejemplo, «Compasión... compasión... compasión...», o «Agradecimiento... agradecimiento... agradecimiento...», o «Calma... calma... calma...» (o cualquier formación mental saludable que quieras cultivar).
Sostener la práctica: practica este ejercicio regularmente; cuanto más lo hagas, más natural se volverá, y encontrarás más fácil cultivar un jardín de formaciones mentales más saludables para ti y para quienes te rodean.
Preguntas de auto-indagación
Te invito incorporar las siguientes preguntas en tu diario de reflexión personal:
¿Cuáles son las formaciones mentales poco saludables que surgieron con más frecuencia en ti en las últimas semanas?
¿Qué semillas saludables te gustaría nutrir con más frecuencia?
¿En qué situaciones difíciles puede la respiración consciente ayudarte a crear un espacio en tu interior para la transformación positiva?
Finalmente, querido lector, permítete comprobar por ti mismo/a que incorporar la práctica de reemplazar clavijas y cultivar tu jardín es una herramienta de autorregulación mental/emocional simple y poderosa que potenciará tu desarrollo personal en el día a día. Al elegir conscientemente nutrir tus formaciones mentales saludables, no solo estás sanando y trasformando tu mundo interior, sino también estás influyendo en el mundo que te rodea. Recuerda, cada respiración consciente es una oportunidad para reconectar con tu despertar interior e invitar a muchas de tus semillas saludables a manifestarse y florecer, transformando tu vida en un jardín de serenidad, gozo, amor, agradecimiento y bienestar para ti y para quienes te rodean.
Hasta la próxima,
Marcelo Aguirre
Referencias
Thich Nhat Hanh, Thich (2015). The Heart of the Buddha's Teaching. Parallax Press
Hayes, Steven (2019). Una mente liberada. Avery.
Kabat-Zinn, Jon (2006). Mindfulness para principiantes. Sounds True.
Comments