Los valores desde tres perspectivas
Hace unos años ha surgido en el ámbito de la Psicología un interesante enfoque que relaciona los valores con los estilos de personalidad —particularmente en el campo de la Psicología Organizacional—. También podemos hallar este valioso enfoque axiológico en relación a los estilos de personalidad del Eneagrama. Tal es el caso del aporte que realiza Jerome Wagner (2010) en su obra «Nine Lenses on the World: The Enneagram Perspective», a la que seguiremos de cerca a en este artículo.
Ahora bien, ¿qué son los valores? El autor nos ofrece la siguiente definición general:
Los valores son tendencias que motivan y organizan, y ocupan un lugar central en cada estilo de personalidad, guiando nuestras energías, percepciones, actitudes, respuestas emocionales, y conductas. Organizamos nuestra vida alrededor de esos valores que yacen en la raíz de quiénes somos y de quiénes nos esforzamos por ser. (Wagner, 2010)
Ahora bien, cabe aclarar que no hay un único enfoque o perspectiva de los valores. De hecho, cuando hablamos de valores podemos enfocar el tema desde, por lo menos, tres perspectivas complementarias: filosófica, psicológica y espiritual.
Desde una perspectiva filosófica, tanto en la cultura griega antigua como en el medioevo judeo-cristiano-islámico, se distinguieron cuatro cualidades principales del Ser —'big four'— mediante las cuales éste se manifiesta en el mundo: Unidad, Bondad, Verdad y Belleza —lo que en Edad Media ha recibido el nombre de Trascendentales del Ser—, cualidades de las que todos los seres del universo participan en diverso grado.
Nuestro ser individual [escrito con minúscula] participa de ellas [las 'big four'], y busca retornar al Ser [con mayúscula]. (Wagner, 2010)
El Eneagrama, por su parte, —abrevando en la tradición sufí— distingue no cuatro sino nueve cualidades o atributos esenciales del Ser, cada uno de los cuales tiene dos aspectos inseparables, como si fuesen dos caras de la misma moneda: las Ideas trascendentes y las Virtudes. Y, siguiendo la tradición platónica, podemos afirmar que, en tanto somos seres finitos, participamos en diverso grado de las cualidades o atributos del Ser infinito, y en virtud de dicha participación metafísica todos los seres aspiramos a una perfección y plenitud trascendente.
Desde una perspectiva psicológica,
[...] la naturaleza humana se manifiesta en nueve modos diferentes. Cada uno de los nueve estilos representan un modo de ser en el mundo con una particular cosmovisión y una correspondiente manera de experimentar, percibir, entender, evaluar y responder al mundo. (Wagner, 2010)
Esto es, cada estilo de personalidad del Eneagrama puede verse como un modo general de posicionarse frente a la existencia y de interpretar, dar sentido, e interactuar con la experiencia. Y en todo ello, intervienen unos factores clave, los valores, cada uno de los cuales está asociado a un determinado 'lente' o perspectiva acerca de la realidad en general.
Nuestras perspectivas y motivaciones están influenciadas por los valores por los que estamos atraídos y a los cuales apreciamos. Buscamos y vamos tras de aquello que es importante para nosotros. Visto a través de los lentes del Eneagrama, surgen nueve grupos de valores. (Wagner, 2010)
Desde una perspectiva espiritual, las cualidades naturales de cada estilo de personalidad del Eneagrama serían un reflejo de las cualidades trascendentes del Ser, de las que cada uno participa. Y así como diversas tradiciones religiosas caracterizaron a Dios como Perfecto, Amoroso, Creador, Origen, Sabio, Fiel, Gozoso, Poderoso, Pacífico; del mismo modo, cada individuo, de acuerdo a su estilo de personalidad predominante, experimentaría una inclinación natural a ser: (1) correcto, (2) amoroso, (3) productivo, (4) único, (5) sabio, (6) leal, (7) alegre, (8) fuerte, (9) pacífico.
Los valores como lentes existenciales
Según Wagner, en el centro de la orientación de cada persona hacia el mundo subyacen ciertas actitudes y habilidades, ciertas tendencias —'energizing genies'— que experimentamos como valores o ideales. Dichos valores o ideales están presentes en nosotros como potencialidades inherentes al núcleo de nuestro sí-mismo. A medida que somos capaces de reconocer y encarnar los valores, vamos priorizando algunos sobre otros, de modo que en nuestro interior se va construyendo espontáneamente, en transcurso de los años, una determinada jerarquía de valores —cada individuo posee la suya propia—. Nuestra jerarquía de valores personal —particularmente el valor central que subyace en el núcleo de nuestro sí-mismo— determina nuestra lente existencial, esto es, la visión que tenemos de la realidad en general.
Los valores orientan y focalizan nuestra visión. Nos dicen qué es importante y por qué vivir. (Wagner, 2010)
Desde la perspectiva del Eneagrama, podemos distinguir nueve valores principales que se constituye en el centro del lente existencial de cada uno de los estilos —'paradigms'— de personalidad. Wagner describe del siguiente modo los nueve lentes y los valores que subyacen a cada uno:
Lente Uno: Valoras y te sientes atraído por la bondad [ser bueno]. Sueñas con hacer del mundo un mejor lugar en el que vivir. Quieres realizar todas tus potencialidades y ayudar a los demás a realizar las suyas.
Lente Dos: Valoras y te sientes atraído por el amor. Sueñas con hacer del mundo un lugar más amoroso en el que vivir. Quieres cuidar y ocuparte de los otros [to nurture] y cultivar las relaciones.
Lente Tres: Te sientes atraído por, y valoras la productividad, ser útil y competente. Sueñas con hacer al mundo más productivo, organizado, eficiente y funcional [smooth running].
Lente Cuatro: Subrayas tu individualidad y valoras la originalidad y tu carácter de ser único. Sueñas con poner tu toque personal en todo lo que tiene que ver contigo. Además, valoras la belleza y quieres hacer del mundo un lugar más bello en el que vivir.
Lente Cinco: Valoras y te sientes atraído por la sabiduría, el entendimiento, el conocimiento, la verdad. Sueñas con descubrir qué es real y verdadero, entender el mundo y hacerlo más inteligible. Quieres hacer del mundo un lugar con mayor conocimiento [enlightened].
Lente Seis: Te sientes atraído por, y valoras la lealtad. Sostienes tus compromisos. Sueñas con hacer del mundo un más seguro, más fiable, más confiable lugar en el que vivir.
Lente Siete: Quieres disfrutar de la vida y experimentar todas sus posibilidades. Valoras el disfrute y has nacido para divertirte. Sueñas con hacer del mundo un lugar más encantador en el que vivir.
Lente Ocho: Te sientes atraído por, aprecias y usas efectivamente el poder. Sueñas con usar tu fuerza para influir sobre los otros y conducirlos hacia un mundo más justo en el que el poder y los recursos sean equitativamente distribuidos. Quieres vivir la vida a pleno y sin limitaciones.
Lente Nueve: Valoras y buscas la paz, la armonía, la unidad. Buscas hacer del mundo un lugar más armonioso, ecuménico y confortable en el que vivir. Quieres sentirte en unidad y en casa. (Wagner, 2010)
Identificar cuál de los nueve lentes es el nuestro propio, es decir, cuál de ellos tiene una mayor preponderancia en nuestra visión del mundo, nos permitirá hallar nuestra propia jerarquía de valores personal, la cual subyace a nuestro estilos de personalidad del Eneagrama.
Desde la perspectiva de Wagner, el Eneagrama es mucho más que una tipología psicológica; es una guía que nos permitirá orientarnos existencialmente. De allí que encontrar nuestro propio lente y trabajar personalmente sobre él nos permitirá tener en claro cuál es nuestra perspectiva existencial o cosmovisión e, incluso, nos permitirá vislumbrar el «propósito de nuestra vida», y encaminarnos en el desarrollo de las potencialidades de nuestro sí-mismo.
Hasta la próxima,
Marcelo Aguirre
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